Abundan las películas ambientadas en la Edad Media, aunque de calidad desigual. Aquí señalo solo algunas de interés general y que me parecen dignas de volver a visionar.
Quizá haya sido El nombre de la rosa (1986), magistralmente dirigida por Jean-Jacques Annaud, la que mejor acogida ha tenido entre el público culto. El guion se basa en la novela homónima escrita por el conocido intelectual italiano Umberto Eco, cuya tesis doctoral versó sobre el problema estético en Tomás de Aquino. Entre los protagonistas sobresale Sean Connery, en el papel del franciscano Guillermo de Baskerville.
En El séptimo sello (1957), cuya acción se desarrolla durante la epidemia de peste negra, el director sueco Ingmar Bergman reflejó bien la atmósfera sombría de la época, en que el fanatismo, la pobreza y la muerte campaban a sus anchas.
La búsqueda de seguridad por parte de los campesinos y las luchas entre los aristócratas protectores son el argumento principal de The War Lord (1965), El señor de la guerra en su versión española, interpretada por Charlton Heston.
El director italiano Pier Paolo Pasolini dirigió una película titulada Los cuentos de Canterbury (1972), basada en la novela homónima de Chaucer. Aprovechando un relato de la misma obra, «El cuento del caballero», Brian Helgeland realizó el film A Knight’s Tale (2001), Destino de caballero en la versión española
La leyenda del rey Arturo ha sido prolífica cinematográficamente. Nombremos una de esas recreaciones, muy conocida por su éxito comercial: Excalibur (1981), del director John Boorman.
Al héroe de la épica castellana Rodrigo Díaz de Vivar está dedicada El Cid (1961), una superproducción en cuyos papeles estelares figuraron Charlton Heston y Sophia Loren.
Paseo por el amor y la muerte (1969), de John Huston, está ambientada en la llamada guerra de los Cien Años, conflicto bélico entre Francia e Inglaterra por motivos dinásticos y territoriales que tuvo lugar entre los siglos XIV y XV.
El fundador de la orden franciscana, san Francisco de Asís, es el eje de la película Hermano Sol, hermana Luna (1972), dirigida por Franco Zeffirelli. Otro gran director italiano, Roberto Rossellini, le había dedicado antes al mismo santo la titulada Francesco, giullare di Dio (Francisco, juglar de Dios, 1950). Después, rodó para la televisión Agostino d’lppona (1972), dedicada a san Agustín, el principal representante de la patrística latina
De tema andalusí hay que reseñar El destino (Al-massir; 1997), del director egipcio Youssef Chahine, sobre el filósofo, jurista y médico cordobés Averroes. Al-Ándalus, el camino del sol (1989), dirigida por Antonio Tarruella y Jaime Oriol, trata de la vida del emir Abderramán I, fundador de la dinastía omeya en España. Una panorámica de la historia y la civilización hispano-musulmanas nos la ofrece la serie televisiva El legado andalusí (2005), dirigida por José Sánchez Montes, ahora disponible en cuatro DVD. Una acertada aproximación científica ha sido llevada al cine por el matemático Antonio Félix Costa González en Arabescos y geometría (UNED, 2006), en que se estudian los conceptos geométricos a través de la decoración de los palacios de la Alhambra
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